El colibrí es un pájaro que es capaz de volar hacia atrás, es más, es el único pájaro en el mundo que tiene esta gran habilidad. Se eleva en vertical como un globo que se escapa, o se lanza hacia adelante, veloz como un dardo, o se mantiene suspendido en el aire y ¿como lo hace?
Lo que sucede es que sus alas se hallan sujetas al cuerpo por una articulación giratoria. Esto permite que las alitas del colibrí actúen como loas hélices de un helicóptero. Y por eso, también como los helicópteros, los colibríes pueden volar en cualquier dirección, cambiando de rumbo cuantas veces se les antoje.
Aprovechándose para esa extraordinaria habilidad para el vuelo, el macho realiza una serie de maniobras espectaculares, movimientos abruptos, giros alocados, todo con la intención de impresionar a su compañera. Incluso, muchas veces realiza el acoplamiento en pleno vuelo. Y cuando acaba toda esa ceremonia, se va tan campante, buscando una nueva conquista. El colibrí es capaz de comer unas sesenta veces por día.
Otra característica muy peculiar del colibrí es su tamaño. Aunque existen muchísimas variedades, casi todos son tan pequeños que parecen de mentira. Por ejemplo, hay ciertas mamas colibríes que ponen huevos no mas grandes que un chicharrón. Y otras que crían sus polluelos en nidos del tamaño de un dedal. Y en Cuba viven unos colibríes chiquititos como una abeja.
Pero lo mas sorprendente es que a pesar de que son tan pequeños y frágiles, hay unos que en el invierno emigran de los Estados Unidos a México, cubriendo una distancia de 500 kilómetros.
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