martes, 11 de marzo de 2014

Gran ciudad, gran construcción....

En la ciudad de México, gran parte de las actividades culturales se concentran en el Palacio de Bellas Artes

La construcción del edificio del Palacio de Bellas Artes se inició a principios del siglo XX. El gobierno mexicano de aquella época encargó la obra a un Italiano, llamado Adamo Boari. Este arquitecto ideó una construcción ostentosa, muy acorde con las pretensiones del entonces presidente Porfirio Díaz. Según los planes de Don Porfirio, el edificio debía ser inaugurado al cumplirse el primer centenario de nuestra Independencia. El trabajo se atrasó. Empezó la Revolución y en 1913 las tareas se suspendieron. 
Hacia 1913 se reanudaron las obras, pero se tropezo con algunos inconvenientes. El mas serio de todos era la consistencia del suelo que, al parecer, no iba a soportar el peso del edificio. Se decidió entonces contratar a un especialista quien construyó una base de emparrillado y concreto. Y así, sobre esa especie de " Plataforma Flotante" quedó cimentado el edificio que, con todo y todo, se ladeó. Pero la construcción se interrumpió nuevamente. Sin embargo, la idea de tener un edificio dedicado al arte y a la cultura, seguía en pie. Y de este modo, en 1928, se reiniciaron los trabajos. 
Este asunto de las interrupsiones tardó finalizacion de la obra, es cierto. Finalmente el arquitecto Federico Mariscal, se hizo cargo de los trabajos definitivos. Él corrigió varios errores y el 29 de septiembre de 1934, el Presidente de la República inauguro oficialmente el Palacio de Bellas Artes, tal como lo conocemos ahora. Desde entonces, en las salas de este edificio se han presentado los mejores músicos, bailarines, cantantes, pintores e intelectuales del mundo entero. 

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